Hoy
amanecí llena de ti. Mantuve aún un momento los ojos cerrados al despertar,
recreándome en tu mirada, esa que me había pertenecido en sueños de nuevo. Esa
mirada verde y dulce que anhelo aún hoy a pesar del tiempo que ha pasado.
Te
veo tumbado frente a mí, con las piernas entrelazadas, como tantas veces en
esas mañanas robadas en que dejábamos pasar el tiempo sin otra idea en mente
que disfrutarnos. Aún ahora tu olor me acompaña, lo tengo metido en mi piel, y
me recreo en los momentos en que me acurrucaba pegada a tu cuerpo, con las
ganas satisfechas, mientras metía mi cabeza en tu cuello aspirando ese aroma tuyo,
tras hacer el amor, que me volvía loca.
Libre,
te quiero libre, solías decirme y el único retorno que yo quería era el de tus
brazos alrededor de mí y tus besos diciéndome la felicidad que te provocaba mi
vuelta. Tu pasión me sedujo, me sentí arrastrada hacia la luz que desprendías
mas sin saber que la libertad que me dabas, tú no la tenías. Ocupabas todos mis
pensamientos.