23 de octubre de 2012

No es hipocresía

No es hipocresía, pero hay algunos que se rasgarían las vestiduras si supieran la cantidad de gente que vive otra vida al margen de la que los demás ven a diario. Otra vida llena de ocultas fantasías cumplidas, deseos anhelados por fin satisfechos, momentos cargados de erotismo y sexo.

No es hipocresía porque a pesar de ser seres sociales, incapaces de vivir al margen de la sociedad (quizá podríamos pero sería demasiado doloroso a largo plazo), muchas veces sentimos que hay cosas que nos gustan y de las que nos han convencido que son malas, nocivas, perversas y hasta poco sanas.
Pero, a mi modo de ver, esto es parte de la pesada carga que se nos ha dejado en herencia a los católicos...y digo nos ha dejado porque no hay prácticamente nadie en este país que no sea católico (nadie nos preguntó al nacer qué queríamos ser y para nuestros padres no había alternativa, según sus creeencias).
Habría que definir primero lo que para cada uno es nocivo, perverso o poco sano, porque digo yo, ¿no es sano aquello que nos hace sentirnos bien con nosotros mismos y que no conlleve hacer daño a otros?. Me parece mucho más nocivo para la mente, el alma y ya no digamos para el cuerpo, el reprimirse y fustigarse durante años o quizá toda tu vida pensando que eres una pervertida y no tienes remedio.

¿De dónde nacen los sentimientos?, dicen que detrás de los sentimientos siempre están los pensamientos que los preceden pero, ¿es que acaso una de repente llega un día en que dice, a partir de hoy me va a gustar esto o me va a poner cachonda esto otro? Es curioso cómo se acepta socialmente que nos gusten distintos colores, sabores, personas diferentes, lugares distintos para vivir y que sin embargo a nivel de piel, de erotismo y sobre todo, de sexo, deba haber uniformidad. Es verdad, cada vez hay más gente tolerante que no juzga y simplemente se limita a vivir su vida como quiere pero entonces, ¿porque sigue existiendo tanta gente que oculta parte de su vida a los demás? Se sigue juzgando, y mucho, y todos queremos sentirnos aceptados, apreciados, amados.

Mujeres que tienen sexo a escondidas con otras mujeres. Hombres que tienen sexo a escondidas con otros hombres mientras se parapetan detrás de una novia formal. Parejas que buscan con cierto temor y ansia compartir su cama con otra mujer...u otro hombre. Parejas que se ocultan tras otra identidad y en otra ciudad para poder realizar la fantasía de mezclarse con otra pareja.

En definitiva todo vale, ¿o no? Bueno, cuando apenas han pasado 24 horas desde que se enterró aquí cerca a una chiquilla de trece años porque un hombre maduro en edad pero atascado, emocional o mentalmente, la mató escudándose en sus sentimientos (me da igual que fueran de amor, de estrés o de gilipollez), no, no todo vale. Evidentemente estoy hablando de adultos, personas mayores de edad que cuando dan su consentimiento para tener cualquier tipo de relación, sexual o de algo más, uno sabe que son conscientes de que saben donde se menten.

Disfrutad, a escondidas o a pecho descubierto con el mundo. La vida es demasiado corta y hermosa para no hacerlo.

2 comentarios:

  1. La envidia malsana es lo que hace que algunos hipocritas juzguen comportamientos que en el fondo son sus fantasias incumplidas.
    Otros mas hipcritas aun tiran balones fuera criticando practicas y comportamientos que son su dia a dia.
    CARPE DIEM

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ese tipo de gente en el fondo me da pena porque si es por envidia por lo que critica, pues pobrecitos que aún siguen presa de sus miedos.
      Y si critican lo que luego de fondo ellos practican, ocultándolo a los demás, pues también pobrecitos que para sentirse bien con su conciencia hacen ver a los demás lo "respetables" que ellos son. :-)

      Eliminar