30 de junio de 2013

Campo de amapolas

¿Realmente nos conquistan o nos dejamos conquistar?....posiblemente sea un poco de ambas cosas.

Puede haber miradas, sonrisas, la sensación de que alguien te cae bien, esa persona te parece simpática y hay veces en que está claro desde el principio y otras en que lleva un tiempo darse cuenta que hay una conexión, un hilo invisible con esa persona.

Hace poco me contaba una amiga sabia que, antes de venir a este mundo, nuestra alma crea pactos con otras con las que nos vamos a encontrar aquí y con cada una de esas almas tendremos una relación diferente, la que se haya pactado previamente. De algunas seremos maestros y otras lo serán para nosotros. Tenemos lazos invisibles, algunos muy fuertes, con almas que ya han llegado a nuestra vida o que están por llegar, y te sientes arrastrado como una polilla a la luz hacia esa persona, creando una amistad que te ayuda a crecer o teniendo una maravillosa historia de amor o quizás un breve y bonito affair.

Una vez más, los miedos aparecen, hacen que intentemos dar un rodeo y evitar algunas situaciones cara a cara porque vienen cargadas o rodeadas de circunstancias que nos hacen dudar de continuar y nos sentimos agarrotados, recelosos de que algo hermoso nos venga así tan de cara y sin avisar.
¿Tiene que tener la relación con otra persona, sea del tipo que sea, una duración mínima o determinada para que sea real, honesta y bonita?...no lo creo, sólo hay que ser honestos con nosotros mismos, y con los demás, y tendremos relaciones hermosas sean de unos días, meses o años.

Tengo ante mí un campo de amapolas, que sé que durará poco tiempo fresco, con la hermosura verde y las amapolas en esplendor, pero, ¿acaso por durar poco tiempo pierde su valor o es menos hermoso?

1 comentario: